21 diciembre 2011

La foto de carnet

Hoy he tenido una tarde de lo más improductiva.

He estado en una tienda de fotografía con la esperanza de que me cogieran un currículum y con la intención de hacerme unas fotos de carnet para pegarlas en mi otro currículum, el que tengo preparado para dejar en las tiendas, cafeterías y esos sitios cuando me de cuenta de que no me piensan llamar de ningún estudio porque "la cosa está muy mal". A decir verdad las fotos de carnet también eran una especie de excusa, una forma de entrar a la persona que estuviera allí, una pequeña oportunidad de entablar conversación que quizá me sirviera para destacar mínimamente. Al final todas esas esperanzas se han ido a la porra con los típicos argumentos de "no se contrata a nadie porque el negocio va flojo y bla bla bla".

Pero lo gracioso del día no ha sido eso. Lo surrealista ha empezado cuando me han hecho la foto.

A ver, una foto de carnet es una foto de carnet. Ya se sabe... una fotografía frontal con el fondo blanco que sale instantaneamente por una impresora y que te cortan con una máquina muy chula.
O eso pensaba yo, porque al responder que no a la pregunta de si eran para el DNI la fotógrafa ha cambiado el chip y me ha hecho sentarme ligeramente ladeada, con la espalda echada hacia alante, pero con la cabeza girada mirando a la cámara. Vale, pues si tú lo dices...así lo hago.
Cuando me estaba haciendo las fotos me ha obligado a reirme. ¡ME HA OBLIGADO! Pero enseñando dientes, encías y todo. Desde mi punto de vista uno se ríe si quiere, y sobre todo un fotógrafo no hace sentirse incómoda a una persona que sólo quiere unas fotos diminutas.
Después de enseñarme las tres que había hecho y de negarme en rotundo a coger la foto en la que salía riéndome (¡y mira que me ha ofrecido verla en grande, por si me convencía!) se ha metido a la trastienda y me ha tenido unos 15 minutos esperando. Cuál ha sido mi sorpresa (aunque ya sabía cómo iba a salir la foto por la posturita que me había hecho adoptar) cuando me han dado una carpetilla con cuatro fotos de carnet a las que les habían añadido un FONDO AZUL.

Después de eso estaba bastante claro el por qué de los 15 minutos de espera, por supuesto. Pero lo que todavía no he terminado de entender son las ganas que tiene la gente de complicarlo todo. Unas simples y tristes fotos de carnet... entonces si no son para dni son para ponerlas en un relicario junto a un mechón de pelo, porque vamos, con esa foto en mi currículum desprendo de todo menos profesionalidad.

No obstante la voy a usar, que para eso la he pagado. No sin antes pasar por un reencuadre y por una decoloración de fondo.

Total: tres horas fuera de casa para que me digan que no hay huevos a que me cojan para trabajar y una foto que voy a tener que re-retocar para que no me de vergüenza ir repartiendo por ahí.

Creo que tengo que replantearme mi estrategia de búsqueda de empleo. Y puede que también la vida.


¡Ojo! le han puesto la fecha para que me acuerde siempre.


2 comentarios:

  1. Los fotógrafos de pueblo son una especie única en peligro de extinción.. ya los echarás de menos.

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  2. Ostras, qué fuerte XD
    Pero bueno, ella sólo quería que enseñaras esa "sonrisica tan bonica que te ha dado dioos".

    Yo imagino que el rollo de hacerte la foto "como de estudio" o lo que sea, habrá sido por lo que habéis estado hablando de contratar gente, y de que tienes formación (y probablemente ella no) y quería reafirmarse con todas las nuevas tecnologías de la imagen que domina.

    Ay señor.
    Con esa foto puedes ir al Cuéntame a ver si te dan trabajo ;P

    ¡Ánimo!

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