07 enero 2009

Literarias navidades

2 de Enero de 2009

Me encanta leer en el tren. Yo creo que subiría a un tren de largo recorrido y me daría el paseo de ida y vuelta solo para tirarme leyendo todo el camino.

Estoy en el tren camino a Ciudad Real para ver a mis abuelos. Merece la pena pagar 6 euros de más a parte de lo que cuesta el cercanías que me lleva hasta alicante (de donde sale el tren de C.R.) porque el autobús es demasiado mareante y agobia; y aunque tanto en allí como aquí tenemos aeropuerto, no parece muy probable que vayan a poner un puente aereo. Mi ultima alternativa es el coche, pero me aburre conducir y me pierdo facilmente asi que es algo que tenía descartado desde un principio.

Volviendo al origen del texto, el hecho de viajar en tren me anima a leer. Tengo un libro: "el niño con el pijama de rayas" que Laura me prestó y tenía abandonado desde que acabaron las clases, pero lo he terminado en el camino a Alicante. Lo recomiendo de verdad porque es corto y entretenido, aunque el final es por una parte lo que me esperaba y por otra sobrecogedor. Todavía no he decidido si eso es bueno o no.

También he traido literatura de repuesto: el otro día compré en Fnac "Diario de un genio" de Dalí, del cual todavía no he leido demasiado aunque es divertido y desconcertante a la vez. Tengo que admitir que me alegra volver a leer porque ya pensaba que mi repentino desinterés iba a durar demasiado, quizás para siempre (además ultimamente me noto más ignorante que de costumbre).

Cuando viajas en tren todo es tranquilidad y relax. Otra de las cosas que me gustan es que me puedo levantar y pasearme tranquilamente cuando me canso de estar sentada leyendo. Claro que no es tan divertido cuando cruzas el tren de punta a punta guiada por la necesidad casi vital de cafeina para darte cuenta de que la maquinita no funciona y que aunque hubiera funcionado no tienes suelto ni para la mierda más barata que te muestra. De todas formas me duele la cabeza y el médico dice que la cafeina no es buena para eso... intento consolarme pensando que hago lo mejor para mis decrecientes neuronas.
Lo que más me ha jodido del viaje hasta ahora han sido unos jilipollas que se han quitado los zapatos como si estuvieran en el salón de su casa, con lo que he ido oliendo a pies desde que salió el tren. Me repatea lo desconsiderada que es a gente.

Falta decir que estoy escribiendo esto sobre papel como si de un diario se tratara debido a que no puedo detectar señales wifi en movimiento, ni tampoco 3g (aunque sería desesperante teclear todo esto en el iPhone) asique por primera vez mis pensamientos serán retransmitidos en diferido para todos ustedes como las galas de nochevieja de la uno. Pero más interesantes y mejores en general.

Que tengais unas literarias navidades.

Helen.

3 comentarios:

  1. A mí también me encanta leer en el trea de Xàtiva-Alcoy; un regional super calentito y con los asientos de esos blanditos como las butacas del cine (por eso mas de un@ se queda sopa durante el trayecto, :P).

    Lo único malo es que el trayecto es de "alta montaña", y hay trozos en los que los vagones dan unos golpes demasiado fuertes que a veces te desconcentran de la lectura...

    Lo que me mola tb de los trenes así es el paisaje... más de una vez te despistas mientras lees para admirar lo que ves por la ventanilla.

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  2. Joer pensaba que te habias escrito todo eso desde el iPhone xDD seria una matanza.

    Me alegro de que vuelvas a leer algo, porque con lo muchisimo que leías antes ultimamente estabas perdiendo la costumbre.

    Lo de los zapatos en el tren yo lo hago siempre. Que lo hagan todos o que se joda al que no le guste.

    Un Besazoooo!!

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  3. Ya se que tu haces eso, lo que me jode es la gente a la que le apestan los pies.

    ¡¡Si sabes que tienes los pies podridos, no te quites los zapatos!!

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