13 mayo 2008

Fatal de lo mío

Estres, como te echo de menos. Nunca creí que iba a llegar el dia en que dijera algo parecido. La verdad es que me gusta mi trabajo, y dudo mucho que haya mucha gente que pueda decir lo mismo. Llevo desde mi visita al neurólogo con la baja laboral y cada vez mas tengo ganas de que haya una explosión en mi bloque de edificios o algo parecido para que haya alguna con lo que me pueda entretener. Me he leido todos los libros de la casa, he visto todas las peliculas que han alcanzado mis manos, me he pasado todos los juegos de la play y he visto muchos programas en la tele que desearía no haber visto... ¡¡¡Quiero volver al trabajo!!! Desgraciadamente el lerdo de mi jefe no me deja. Dice que me tengo que cuidar, que no puede permitir que su mejor fotografa vuelva a trabajar sin asegurarse de que está bien del todo. Menudo momento ha elegido el cabrón para empezar a adularme, pero no importa... me quedan 7 días de baja y pronto nos volveremos a ver las caras. No se librará de mi tan facilmente.

Ahora tengo que pensar lo que les voy a contar a mis compañeros: lo mal que lo he pasado durante estos meses tirada en el sofá sin poder hacer practicamente nada, lo que sufrí despues de la operación en la que me abrieron un agujero en el cogote para drenar mi cerebro que se expandía mas y mas hasta el borde de quebrar mi cráneo, lo incompetentes que eran los medicos que me trataban y las complicaciones que tuvo la operación incluso hasta el borde de estar en parada cardíaca varios segundos. Vaya... no debería ver tantas series de hospitales.

Desde luego es todo mentira. Lo que pasó de verdad dista mucho de las dramáticas situaciones de una serie de la tele. En realidad por lo unico que lo he pasado mal es por el aburrimiento de estar casi seis meses sin hacer nada de nada. Despues de la visita al neurólogo por fin habia llegado el dia del escaner. Un aparato bastante curioso: es como si te hubieran abducido y te fueran a meter una sonda por Dios sabe donde. Te meten en un tubo enorme y empiezan a sonar un ruido tal que así: CLAC CLAC CLAC... perfecto para los dolores de cabeza, vamos. Y bueno, despues de que vieran los resultados, simplemente me mandaron un montón de pastillas (cinco al dia durante tres meses) y un montón de reposo. De lo cual no entendí como podian solucionar mi problema tan facilmente. En fin, muchas estupideces medicas juntas. Pero claro, no les puedo contar eso a mis colegas, tienen que saber que lo he pasado fatal, porque a las personas no solo nos gusta sufrir aunque no lo admitamos, sino que nos gusta aun mas que los demas sepan que sufrimos. Supongo que nos sentimos bien con nosotros mismos o alguna cosa por el estilo.

No me hagáis caso. Acabo de terminar de leer un libro muy raro. Voy a ver si me tomo las pastillas...

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