Cómo van las cosas

Desde que terminé en la Escuela no he estado quieta demasiado tiempo. En cierta manera he tratado de compensar todo lo que no he podido hacer durante los últimos meses, y por otro lado este verano no lo tengo que pasar estudiando a marchas forzadas (aunque sí tengo que estudiar... pero poco) así que creo que necesito disfrutar de unas vacaciones de las que no he visto hace algun tiempo.

En pocas semanas no he perdido el tiempo:

-Fui con Lordy a ver "Los mundos de Coraline" en 3D (merece mucho la pena)


- Pasé un día estupendo en la playa que estoy deseando repetir


- Tuvimos una cena de clase y nos fuimos de juerga

-Quedé con Elena, Sergio y Mónica para tomar unas cervezas
-Fuimos a casa de Belanner a bañarnos



-Tuvimos una sesión de patinaje

- E hice un par de descubrimientos culinarios



Y el tema todavía dará para más.

Entre tanta diversión también ha habido cosas malas que como son pequeñas no merece la pena mencionar. Y es precisamente por eso que hay algo que me escama, como si se me estuviera olvidando que el que todo vaya así de bien no es lo habitual. El verano no ha hecho más que empezar y aunque tengo que trabajar y otras cosas que hacer, está siendo tan genial que estoy perdiendo la noción del tiempo y no puedo evitar pensar que en algun momento tendrá que estropearse.

Puede que me esté equivocando y todas las pequeñas cosas que no he disfrutado otros años hagan que estas sean unas vacaciones perfectas.

Francamente, ojalá me equivoque.