09 noviembre 2010

Dale al play



Me había propuesto escribir algo sobre lo bien que me lo pasé en Fotogenio el puente de Todos los Santos, pero por unas cosas y otras se me ha acabado pasando. Básicamente como siempre.

Pero bueno, qué vamos a hacerle... en resumen me lo pasé bien, pude estar con los míos y acordarme nostálgicamente de lo que era pasar con ellos tarde tras tarde.

Y entre revelaciones y clases y comidas de olla ando ultimamente. Tirando fallidamente de voluntad para intentar hacer lo que debo y no lo que quiero, aunque no sé cómo lo hago porque al final no consigo ni lo uno ni lo otro. Cojo mis mejores intenciones de trabajar duro, las más egoistas de disfrutar de mi vida, y al final acabo fabricando una especie de mezcla que se asemeja a esa masa informe que hacíamos cuando de pequeños mezclabamos plastilina de muchos colores pensando lo guay que iba a quedar, y al final nos salía una cosa horrible de un aún más horrible color gris.

Así me doy cuenta de que de alguna forma uno no se puede negar a sí mismo su naturaleza, y que uno es como es. Con la excepción de que al tiempo le gusta jodernos y que cada día somos más jilipollas, más conformistas y nos alejamos más de lo que un día pensamos que seríamos.

Y que nunca aprendemos de los errores.

Nunca.

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